2. Corrector

En este punto hay que diferenciar entre el corrector de ojeras y el de imperfecciones. Mientras que el primero puede aplicarse antes o después de la base de maquillaje, el primero conviene hacerlo antes, ya que, por lo general, serán correctores con color para neutralizar las rojeces, los granitos, etc.

Una manera fácil y rápida de corregir un rostro con rojeces es una prebase verde como la que nombré en el "paso 1: preparar la piel", pero si son pequeñas zonas es mejor tirar de correctores de colores. En función de lo que queramos neutralizar elegiremos un color u otro. Para entender esto mejor fijaros en esta rueda:

Cada color neutraliza al que esta en el lado opuesto, por lo tanto si queremos disimular zonas rojas usaremos un corrector verde, si son manchas amarillentas uno violáceo, para las ojeras funcionan muy bien los rosas y para venas y ojeras muy oscuras el naranja. En este sentido, podemos encontrar en el mercado ruedas con varios colores o correctores individuales.

Lo importante es elegir bien el color, aplicarlo y difuminarlo bien para que no se quede el pegote, fijar con polvos y posteriormente empezar con la base de maquillaje teniendo especial cuidado en las zonas donde lo hemos aplicado.

Pero si hablamos de correctores seguramente en primer lugar se nos venga a la cabeza el típico corrector de ojeras color piel. Si no tenemos unas ojeras muy marcadas con esto nos sobrará.

Como he dicho antes, según la persona, unas prefieren aplicarlo antes de la base de maquillaje y otras después, e incluso si nos hacemos un look de ojos con sombras muy pigmentadas y/o oscuras recomiendo hacerlo incluso después de esto y dejarlo casi para el final, ya que tenderá a caerse polvillo en la zona de la ojera que será más fácil retirar si no hay producto.

Lo normal es elegir un corrector del mismo tono que nuestra piel, aunque podemos permitirnos un tono ligeramente más claro para iluminar a la vez que corriges.

Podemos encontrar correctores en barra, compactos y fluidos. Es cuestión de probar y ver cual se ajusta más a nuestros gustos.

Para la aplicación, como todo, hay diferentes formas de hacerlo, como extenderlo con la yema de los dedos o con un pincel de pelo suelto. Lo importante es difuminarlo bien para que se integre con la piel y para hacer este paso adecuadamente, hay que tener cuidado con la cantidad. Podemos tender a coger más producto del necesario pensando que vamos a cubrir más, sin embargo, lo que conseguiremos así será acentuar más las posibles arruguitas de debajo del ojo.

Vamos con uno de los pasos que más me gustan del maquillaje...